Carta Pastoral sobre
Medio Ambiente y Desarrollo Humano en Bolivia
“¡Oh Señor, nuestro Dios, que admirable es tu nombre en toda la tierra!”
La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) presentó el 23 de marzo la Carta Pastoral sobre medio ambiente y desarrollo humano en Bolivia, denominada; “El universo, don de Dios para la vida” que clama por una alianza para salvaguardar la naturaleza.
El documento fue presentado por Mons. Jesús Pérez, Vicepresidente de la CEB; Mons. Jesús Juárez, Obispo de El Alto; Mons. Óscar Aparicio, Secretario de la CEB, y Juan Carlos Núñez, Director de la Fundación Jubileo.
Señala la Carta Pastoral: “La crisis ecológica está preocupando cada vez más a los bolivianos, particularmente a las comunidades indígenas, así como a amplios sectores de la población. El hábitat de nuestra vida sufre daños a veces irreparables por la contaminación indiscriminada de minerales e hidrocarburos, el uso desmesurado de pesticidas y fertilizantes, los chaqueos, incendios descontrolados y por las plantaciones excedentarias de coca”.
La Carta Pastoral es una invocación para cambios del estilo de vida y para asumir acciones concretas de preservaciones a la tierra. Entre sus puntos importantes se resaltan:
“Queremos compartir la misma preocupación por nuestra casa común, por la tierra en que habitamos, al constatar que el ambiente natural, con su equilibrio ecológico, está en peligro y nuestra hermana tierra, se encuentra gravemente herida”.
“Entre las múltiples y graves consecuencias de los daños medioambientales hay que mencionar, sobre todo, los conflictos sociales que estos generan, provocando sufrimientos y muerte de personas, como el más reciente planteado en Bolivia por la proyectada carretera por el Tipnis”.
“Constituyen una falta de respeto a la vida el comportamiento consumista irracional, la acumulación escandalosa de bienes y la explotación desmesurada de los recursos y de las energías naturales”.
“Hoy nuestro planeta está amenazado por una creciente contaminación del aire, del agua y de la tierra, por la sobrexplotación de las actividades humanas, especialmente extractivas, industriales y de transporte”.
“En los llanos de Bolivia, la vegetación, particularmente los bosques, están severamente amenazados con graves riesgos de desertificación. Su destrucción tiene origen en la desmesurada deforestación producida para habilitar grandes extensiones de cultivos agroindustriales y la irracional explotación maderera, por la agricultura migratoria, el avance de la colonización, los asentamientos caóticos en las zonas de los yacimientos petrolíferos, el sobre pastoreo y el monocultivo. De la misma manera, aumentan las plantaciones ilegales de coca incluso en zonas protegidas de Santa Cruz y Beni, donde los bosques son devastados para convertirlos en zonas de producción ilegal de coca”.
Culminamos este resumen, con palabras del Papa Benedicto XVI que a la vez representa un desafío para quienes defendemos la vida en todas sus formas:
“La Iglesia tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe cumplir también en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger, sobre todo, al hombre contra la destrucción de sí mismo”.
Seminarista: Henry Macias