NOTAS DEL VIAJE A COREA


Sábado, 14 de mayo. En la mañana doy un paseo por los jardines de la abadía benedictina y encuentro a una hermana religiosa anciana limpiando el desagüe con una mano y con la otra apoyándose en su carrito. Después de saludarla me cuenta de su historia: su nombre es Hna. Bertwina Cesar; nació en el año 1914 cerca de Wurzburgo, Alemania. La casa Madre de su Congregación está en Tutzing (Baviera).

En el año 1937 en tiempos de la dictadura de Hitler salió con un grupo de hermanas benedictinas a Corea del Norte (Vonzen). Durante la persecución de la Iglesia en el norte de Corea (1950-51) junto con otras hermanas fueron encarceladas y finalmente expulsadas. Encontraron un lugar en Daego donde han hecho su abadía en la que actualmente se encuentran más de cien hermanas. Ella es la última religiosa alemana que sobrevivió de todo el grupo. Al despedirse me dijo: Espero que nos encontremos en el cielo donde nuestro buen Dios tiene reservado un rinconcito para nosotros.

Por la tarde a horas 14:00 participamos en un Festival Musical de los Jóvenes y luego en la Misa que se celebró en el Coliseo. Impresiona la preparación de la liturgia y la misma participación alegre y entusiasta de tantos jóvenes; (la motivación fue a través de una corta presentación sobre su realidad); el acto penitencial, la procesión con la Biblia; la 2ª lectura en ritmo de rap (Quien nos puede apartar del amor de Cristo). Ellos han trabajado cuatro temas durante los meses anteriores; el resultado de este trabajo y su compromiso lo depositaron en el altar durante el momento de las ofrendas. Al final de la Misa les dirigimos una palabra para que digan “Si” al Señor; cantamos en castellano y en inglés: Digo Si Si Si…

Por la noche asistimos a un significativo acto preparado por el Arzobispo quien había invitando a todas las delegaciones que llegaron a participar en el Jubileo de los 100 años. Además de los obispos coreanos estaban presentes Obispos de diferentes países: el Arzobispo de Salzburgo (Austria) de Taiwán, de China, y nosotros de Bolivia. Mons. Braulio, durante la ceremonia, en nombre del Sr. Cardenal Julio Terrazas entrega a las manos del arzobispo Thadeo un tallado del tríptico de la Misión Permanente.

Domingo, 15 de mayo. Eucaristía en el estadio con más de 30 mil participantes. Sobre el proscenio donde está el altar y los concelebrantes encontramos el lema de este jubileo: “Nueva Evangelización para los nuevos tiempos”. El coro está compuesto por hermanas religiosas y laicos, casi 300 cantores que cantan de maravilla.

Al final de la Eucaristía el Mons. Thadeo agradece a Dios por su presencia en esta historia de la diócesis; también expresa su preocupación por la calidad de vida cristiana de los niños y jóvenes amenazados por la cultura postmoderna. Para sellar su compromiso con la vida llama a dos familias numerosas adelante, y acercándose a cada uno de los integrantes, les impone las manos sobre ellos y los bendice. Sin duda es un signo que el futuro de esta Iglesia coreana y la iglesia universal se debe a la familia, celula viva creada a imagen de Dios y por Dios mismo; de ella debemos cuidar si queremos vivir el evangelio los próximos 100 años.

Mons. Antonio B. Reimann