De la homilía en la misa de despedida:
¡Queridos hermanos y hermanas, especialmente queridos jóvenes y querida Madre Analie! Nos toca una despedida. Madre Analie se va. No queremos, pero tenemos que despedirnos. Hablando del misterio de NAVIDAD, del "Dios con nosotros" (EMANUEL), me doy cuenta, que todos nosotros, especialmente los jóvenes en Usted tenían una persona navideña. Usted estaba con nosotros en una manera muy cercana.
De su persona siempre salían señales positivas, que nos invitaron a entrar en contacto con Usted. Y usted compartía su fe y su ánimo con nosotros.
No queremos, que Usted se vaya; pero entendemos. Le espera continuar sus estudios en su patria en Méjico, y - estoy seguro - después le esperan tareas importantes en su congregación.
Su salida significa para la pastoral juvenil y toda la parroquia una pérdida grande. Pero Usted deja huellas aquí en el pueblo, en la parroquia, especialmente en los corazones de los jóvenes.
Usted sabía darles mucha autoestima a los jóvenes, sabía enseñarles que ellos mismos se organicen, sabía mostrarles una fe viva y alegre, en situaciones difíciles sabía darles consejo y consuelo.
Gracias por su gran testimonio del Dios de Navidad. Gracias por ser una persona navideña. Gracias por su cariño con toda la gente (desde los ancianos hasta los niños ayoreos), Gracias por tantas horas de trabajo pastoral, por su creatividad y por su sonrisa.
Vamos a extrañarle, pero le deseamos lo mejor, de todo corazón, y la bendición de DIOS.
P. Roberto Hof
¡Queridos hermanos y hermanas, especialmente queridos jóvenes y querida Madre Analie! Nos toca una despedida. Madre Analie se va. No queremos, pero tenemos que despedirnos. Hablando del misterio de NAVIDAD, del "Dios con nosotros" (EMANUEL), me doy cuenta, que todos nosotros, especialmente los jóvenes en Usted tenían una persona navideña. Usted estaba con nosotros en una manera muy cercana.
De su persona siempre salían señales positivas, que nos invitaron a entrar en contacto con Usted. Y usted compartía su fe y su ánimo con nosotros.
No queremos, que Usted se vaya; pero entendemos. Le espera continuar sus estudios en su patria en Méjico, y - estoy seguro - después le esperan tareas importantes en su congregación.
Su salida significa para la pastoral juvenil y toda la parroquia una pérdida grande. Pero Usted deja huellas aquí en el pueblo, en la parroquia, especialmente en los corazones de los jóvenes.
Usted sabía darles mucha autoestima a los jóvenes, sabía enseñarles que ellos mismos se organicen, sabía mostrarles una fe viva y alegre, en situaciones difíciles sabía darles consejo y consuelo.
Gracias por su gran testimonio del Dios de Navidad. Gracias por ser una persona navideña. Gracias por su cariño con toda la gente (desde los ancianos hasta los niños ayoreos), Gracias por tantas horas de trabajo pastoral, por su creatividad y por su sonrisa.
Vamos a extrañarle, pero le deseamos lo mejor, de todo corazón, y la bendición de DIOS.
P. Roberto Hof