Durante mi estadía en la casa “Cardenal Maurer” en Cochabamba, me llamó la atención una palomita que hizo su nido en la maceta de la planta. Todos los días pasamos a su lado, y la palomita nos miraba preocupada, pero no abandonó el nido. Un día aparecieron en el nido dos pichones. De vez en cuando volaba, para traer en su pico el alimento para ellos. Con este suceso entendí que el secreto de su fidelidad al nido, radicaba en la nueva vida que se encontraba bajo sus alas.
Preocupación, por la nueva vida del agua y del Espíritu
En el día de la Vigilia Pascual, hemos renovado el compromiso de velar por el nuevo nacimiento del agua y del Espíritu Santo en el sacramento del bautismo. Desde ese momento el Espíritu Santo nos ayuda continuamente a vivir en esta novedad de vida, en la amistad con Jesús y con su Padre. Al mismo tiempo nos anima a compartir la fe y el amor con nuestros hermanos.
En la última Asamblea Pastoral, el Espíritu del Señor nos animó para ir nuevamente al encuentro con Cristo, bajo los principios de respeto y solidaridad, apostando de modo particular por la Pastoral Familiar y la Formación de los Agentes Pastorales, comenzando por la Infancia y Adolescencia Misionera, los Catequistas, Parejas Guías y Líderes. Esta formación debe siempre partir del conocimiento de la Palabra de Dios que nos lleva a una experiencia interna del amor a Jesús y al prójimo.