“No el mucho saber satisface al alma, sino el sentir y gustar de las cosas internamente”.
En una sociedad como la nuestra, donde existen tantas palabras de doble sentido, repetición sin vida, superficialidad en las conversaciones y postulados egoístas en las escrituras, resulta un desafío, reconocer que Dios habla en el silencio del corazón. Para experimentar este desafío, los seminaristas que hacen su año pastoral Carmelo Tubarí (S. Antonio de Lomerío) y Henry Macias (Concepción) emprendimos un viaje hacia la ¡hermosa ciudad de Cochabamba!, para vivir unos días de ejercicios espirituales (13 al 21 de julio).
Estos ejercicios producen un alto en los servicios pastorales. Y nos invitan a evaluar nuestro camino e identificar; los sentimientos, deseos y pensamientos que llevamos dentro. Ponerles el nombre que le corresponde para responder con sinceridad a la vida.
Las preguntas que surgieron en estos días fueron:¿Por qué estamos recorriendo un camino lleno de renuncias?; ¿Cuáles son nuestras motivaciones?, ¿Qué queremos lograr?.
Hacemos referencia a Pablo de Tarso, quien, una vez que cayó en la cuenta del amor de Cristo, se dejó elegir y amar. Así nosotros nos sentimos llamados para hacer presente a Dios en el mundo de hoy lleno de desafíos, pero sin tantas palabrerías, más bien, con la vida. Y llegar a los más pobres, a los que creen tenerlo todo, los que se disfrazan con colores llamativos, se apagan en el bullicio del mundo, venden su cuerpo, o matan al inocente.
Estamos llamados, también, a dejar la prudencia que nos hace cobardes, sin importar los calificativos que nos pongan, recordemos que de Jesús de Nazaret se dijo algo parecido: “hemos comprobado que este hombre es un agitador” (Lc. 23.2), y se le tuvo también de comedor y bebedor, de mezclarse con pecadores y publicanos .
Buscamos alcanzar la completa felicidad, mediante el servicio sin límites. Comprendemos que el hermano, es el único medio para llegar a Dios. Recordemos que fue él, quien nos enseñó que no se pude decir: “Amo a Dios, pero no al prójimo”. San Juan llama mentiroso a quienes dicen amar a Dios y no aman al prójimo. ¿Cómo se puede amar a Dios a quien no vemos si no amamos a nuestro prójimo al que vemos, tocamos, y con el que vivimos?. Para que el amor sea verdadero, debe estar acompañado de sufrimiento, misericordia- poner su miseria en mi corazón.
Todo esto no es utopía, es un desafío, un soñar, pero despierto. Un proyecto que Dios ha comenzado, para que jóvenes decididos y radicales, sean capaces de ejecutarlo. Es una invitación para mí, para ti, para todos.
Por último, agradecemos a Mons. Antonio Reimann OFM y a las personas que nos acompañan en nuestra formación, e invitamos a que juntos, hagamos nuestra la oración de alguien, que se dió a conocer como el servidor del pueblo, Luis Espinal.
GASTAR LA VIDA
Jesucristo ha dicho: “Quien quiera economizar su vida, la perderá; y quien la gaste por Mi, la recobrará en la eterna. Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas”.
“Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida. Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no pague, hacer un favor al que no va a devolver; gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias. Líbranos de la prudencia cobarde, la que hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad”. (DARDECHON, F, SJ 2006: 16)
Seminaristas: Carmelo T. – Henry Macías