¿Qué es el Kerigma?, se nos pregunto, y fue el tema de reflexión. La pregunta produjo un silencio en la sala; ya que, para muchos era nueva la palabra. Durante el desarrollo del tema, pudimos reconocer que ya vivíamos el Kerigma, desde nuestros actividades y compromisos con la parroquia. Cada vez que llevamos la Palabra de Dios y nos acercamos al hermano, hacemos vida el kerigma.
Sin lugar a dudas, aprendimos mucho de este encuentro. Y se nos planteó el desafío de encontrarnos personalmente con aquel Cristo que; nos alimenta, nos fortalece y que servimos con nuestros carismas.
Somos discípulos, pero también misioneros. Por eso, debemos transmitir lo que hemos aprendido; desde nuestra vida, servicio y entrega a los demás.
Sra. Marina