Proclama mi alma la grandeza del Señor: damos todos gracias a Dios por estos 25 años de andadura de la Parroquia El Carmen.
El Señor ha estado grande con nosotros y hoy estamos alegres. Nos ha llevado por caminos que no conocíamos. Proclamamos su grandeza en nuestra pequeñez. Nos ha hecho sus mensajeros entre distintas situaciones.
Su clemencia se ha derramado en estos 25 años por medio de tantos agentes de pastoral que han trabajado en la Parroquia, sacerdotes, hermanas, líderes, laicos, sobre todo nuestro pueblo sufriente y esperanzado a la vez.
Desplegó el poder de su derecha y le damos gracias porque hemos sentido su cuidado sobre nosotros como Padre bueno, en los momentos más duros y difíciles que nos ha tocado vivir durante estos años.
Ensalzó a los humildes y a los pobres. Pobres por la falta de muchas cosas, pero ricos porque hemos aprendido la solidaridad y el compartir. Ricos en fe y confianza en Dios que no nos abandona.
Celebramos tu grandeza de generación en generación. Te damos gracias por las personas que pusieron en marcha la obra: Monseñor Antonio Eduardo Bösl, Hans Roth, Don Hugo Galvarro, nuestra hermana Carmen Villar y el Padre Rainer que fue el primer sacerdote que atendió la Parroquia. Todos ya partieron. El Señor les habrá dado el premio por sus trabajos.
Recordamos también a la Hermana Pepi Creus, sus afanes por conseguir mejores condiciones de vida para el pueblo unidos a su entusiasmo evangelizador, su entrega a la comunidad de hermanas y su vocación educadora.
También damos gracias a Dios por tantas manos amigas que nos ayudaron y fueron piedras vivas para la edificación de esta porción de la Iglesia.
Para quienes iniciaron el camino, para quienes siguen construyendo el Reino en otros lugares, para quienes permanecen en la Colonia Berlín y, en medio del trabajo, escuchan la voz del Señor que les invita a ser fieles al compromiso bautismal, nuestra más sincera gratitud.
A ti, Dios Padre, en unión con el Hijo y el Espíritu, la gloria. Amén
RAQUEL RUIZ, stj