Queridos Hermanos y Hermanas:
Les escribo este 1 de Octubre, 2012, cuando recordamos a Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones. Hoy también la Iglesia se pregunta; ¿Cómo evangelizar a las nuevas generaciones?; ¿Qué métodos y palabras emplear para despertar la fe en Cristo?
Por la tarde tuve la oportunidad de pasear por el hermoso parque en Viena, en mi recorrido por Italia, hacia el Sínodo sobre la Nueva Evangelización. En el parque mucha gente caminando, otros sentados en la grama, buscando cariño mutuo; las mamás con sus hijos, acariciándolos; las personas ancianas; sentadas en los bancos, buscando los rayos del sol de otoño que acaricie sus vida.
También había personas durmiendo en los bancos, cubiertas con una carpa, como si tuvieran vergüenza de su identidad. Seguramente extranjeros en su mayoría, que no cuentan con un hogar estable, trabajo digno, pero muchos motivos para ser marginados.
En este contexto, he meditado las palabras de Santa Teresita: “Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros,…que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase el amor, ni los apóstoles anunciarían el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre”.
Volver a la fuente de la NE, al amor de quien nos amo primero y compartir este amor a las generaciones nuevas. Este idioma se traduce en las obras de caridad y de justicia social. Yo creo que este lenguaje es entendible para todos.
Pidamos al Señor, por intercesión de Santa Teresita, la gracia de permanecer en su amor. Agradezco a Dios por todos mis hermanos y hermanas, quienes todos los días responden al amor que Dios nos tiene y lo comparten con sus hermanos donde estén; a través de la evangelización, promoción humana y comunión eclesial.
Que compartan con alegría y mucha fe esta experiencia que inicia en la familia, durante el III Aniversario de la Misión Permanente en San Ramón. La Virgen María, invocada en este mes de Octubre, como la Virgen del Santo Rosario, implore muchas bendiciones para todos.
Les acompaño con mis oraciones.
Fraternalmente: +Antonio Bonifacio Reimann, OFM