SANTO DOMINGO RUEGA POR NOSOTROS…

La etimología de una palabra nos enseña a conocer la raíz y el sentido de la misma, el nombre “Domingo”, es un nombre muy apropiado para el Santo. Domingo viene del Latín Dominicus, que significa "del Señor". De Dominicus (Domingo) viene Dominicanus (Dominico, que es el nombre de la Orden de Santo Domingo). No obstante, utilizando un juego de palabras, se dice que Dominicanus es un compuesto de Dominus (Señor) y canis (perro), significando "el perro del Señor" o el vigilante de la viña del Señor). Esto para rescatar actitudes propias del que predica, tales como; Humildad, fidelidad y obediencia.

El día domingo 17 de julio del presente año, junto a Mons. Antonio y las Hermanas Teresianas, visitamos una comunidad llamada; “Santo Domingo”, con la misión de llevar la imagen del Santo Patrono. Al llegar a la comunidad no encontramos un pomposo ni multitudinario grupo, sino, unas cuantas personas, que desde su cotidianidad supieron acoger con cariño y respeto la imagen del Santo, los sentimientos de gratuidad expresadas por la comunidad, se escucharon durante la celebración de la Palabra, precedida por Mons. Antonio; “Aquí tienen una figura del Reino de los Cielos. Un Hombre sembró buena semilla en su campo, pero mientras la gente estaba durmiendo, vino su enemigo, sembró mala hierbas en medio de trigos y se fue” (Mt. 13, 24-25). Frases evangélicas a la que Mons. Antonio apeló, para insistir a los fieles en la mirada a su realidad, su rol y compromiso con Dios, y desde ahí esforzarnos para ser levaduras de justicia y amor para la humanidad.

Posteriormente los comunarios con suspiros de añoranzas en sus palabras, nos enseñaron las ubicaciones de: casas, colegio, y de la capillita que el río se llevo. Hoy reducidos en montes. Pero la llegada del Santo, significó un signo de luz, para seguir caminando bajo la bendición y protección de Santo Domingo.

Lo que más me llamó la atención de la visita, fue el desprendimiento, la generosidad, desde la realidad que les toca vivir, sin duda ¡Son personas sencillas pero que tienen postgrado, maestría y doctorado en generosidad! Y mucha sed de Dios.

¡No conocer estas realidades y necesidades, explica cómo muchas personas no hacen nada por los demás! No saber lo que pasa es la razón por la cual muchas personas están bien acomodadas en sus sillones.

Aquella comunidad que pronto estará viviendo la festividad de Santo Domingo, quedó con muchas expectativas para hacerle la fiesta, y confianza de seguir caminando, luchando, trabajando en compañía y protección del Santo, a nosotros nos dejó un agradable sabor a Dios, por compartir con ellos parte de su realidad.

¡Santo Domingo enseñamos la sabiduría de la gente humilde! desapegados, sencillos, alegres, verdaderamente generosos y felices.

Voluntario: Henry Macías Núñez