Un Saludo desde Tréveris en la “Noche de las Catedrales”

El día sábado, 24 de abril de 2010, celebramos la Eucaristía por la noche en la catedral de Concepción, dando gracias a Dios por los 50 años de la Hermandad entre la Diócesis de Tréveris (Alemania) y la Iglesia de Bolivia. Entre los fieles estaba presente la delegación de la Diócesis de Tréveris, encabezada por su representante ante la CEB, el joven Miguel Meier. En la misma noche en Tréveris, llamada también la “Noche de las Catedrales”, el Mons. Stephan Ackermann ha dirigido un mensaje a los fieles de Bolivia, reunidos en nuestra iglesia catedral. A continuación publicamos sus palabras:

Distinguido hermano en el episcopado, Querido Monseñor Antonio Reimann
Queridos hermanos en el sacerdocio y en el diaconado
Queridos hermanos y hermanos en la fe

Saludamos a ustedes afectuosamente en esta noche desde la catedral de más antigua de Alemania: desde Tréveris. Las raíces de esta Iglesia se remontan a los primeros cristianos. En esta nuestra Iglesia veneramos una valiosa reliquia, la Túnica de Cristo tejida de una sola pieza de arriba abajo y sin costura alguna. (Juan 19,23), la misma que vistió en su Pasión. En la designación popular se la conoce en Tréveris, desde tiempos inmemorables, como la "Túnica Sagrada”.

La vestidura de Jesús constituye para nosotros el símbolo de la pertenencia y unidad de los cristianos. En este año en forma muy especial nos sentimos muy cerca con al pueblo Dios que peregrina en Bolivia. La amistad entre la Iglesia de Bolivia y la Diócesis de Tréveris cumple 50 años, lo que constituye un motivo de alegría y de agradecimiento. Agradecemos a Dios por nuestros amigos, que viven tan lejos pero que están muy cerca en nuestros corazones. La amistad con Bolivia es, en nuestra Diócesis, una grandeza sólida para jóvenes y adultos.

Estamos conscientes en Alemania que ustedes viven en su país también con problemas y que se deben esforzar mucho por alcanzar una sociedad justa. El lema de la Túnica Sagrada en este año decía: “Buscar tu rostro en justicia” Jesús prometió a sus discípulos vivir en abundancia, a este vivir pertenece también la justicia. A esto corresponde que las personas en todo el mundo tienen una parte de los bienes de la tierra y que la injusticia allí donde ocurra, debe ser superada.

Como cristianos confiamos en Dios, quien cambiará la injusticia, que el mismo Cristo la llevó para superarla. Nuestra justicia es el mismo Dios. En esta noche vamos a orar por la justicia. Y que cuando el nuevo día amanezca hoy veamos en él una señal para la victoria cristiana sobre la oscuridad del mal y de la injusticia del mundo. En fraternal solidaridad saludamos a ustedes desde Tréveris en esta noche.

¡Cristo el Señor ha resucitado! Aleluya.

+ Dr. Stephan Ackermann
Obispo de Tréveris