Adiós Querida Hermana Lucy Lintner: 8/05/1951 - 3/02/2008

"Ya no estás físicamente con nosotros pero jamás te irás porque estás viva en nuestros corazones”.
Esta fue la frase que tanto sonaba en San Antonio. Comenzaba la noche y el cielo se puso oscuro, los rayos estallaban alumbrando todo alrededor pero el pueblo llegaba de cerca y de lejos para llenar el templo dando su último adiós a tan querida hermana y amiga Lucy.
La muerte de Lucy fue un golpe sorpresivo y duro para todos. Concluyendo el último día de la novena el templo por toda la noche estuvo llenó de oración, música y mucho... mucho silencio.

Las músicas: “He dejado mi barca...”
“Junto a Ti buscaré otro mar...”
“Dejaré mi tierra por Ti...”

Músicas que durante el velatorio de su cuerpo y ahora junto a la cruz hacían llenar de lágrimas los ojos de los que allí se encontraban.

La música típica también invadía el templo, haciendo aún más presente a Lucy que siempre se encantaba con la típica.


El domingo amaneció con un sol radiante, nos recordaba el domingo de la Resurrección y consolaba los corazones de aquellos que saben que ella está junto a Él.

Mons. Antonio Bonifacio dedicó la celebración eucarística al descanso eterno de Lucy y después de bendecir la cruz una gran multitud llenó las calles de San Antonio rumbo al cementerio.

Una cruz fue plantada en el nicho que marca el lugar donde la madre tierra recibió a su hija. Las flores y las velas fueron colocadas sobre el nicho como queriendo decirnos que siempre hay alegría, consuelo y esperanza para aquellos que confían y dedican su vida a Él.

Hna. Ma. Lúcia Boaro