Solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de nuestro pueblo

Como Iglesia de Concepción desde la Catedral del Vicariato Ñuflo de Chávez, estamos celebrando los 301 años de aniversario de fundación recordando a las personas que han contribuido en la fe y vida de este pueblo. Hoy nos toca a nosotros poner el hombro y luchar por la extensión del Reino de Dios presente en medio de nosotros.

El Libro del Génesis que acabamos de escuchar nos habla de dos descendencias: una a favor de Dios y otra en contra. ¿Nosotros en esta nueva historia a que descendencia pertenecemos? ¿La descendencia del hombre viejo con sus vicios y pecado? ¿O a la descendencia del hombre nuevo, cuyas primicias reconocemos en la Inmaculada Concepción y en su Hijo Jesús?

Todos los sabemos que por el bautismo estamos llamados a pertenecer al hombre nuevo que es Jesús, el Padre nos ha bendecido, nos ha elegido, nos predestinó a ser sus hijos adoptivos; en El hemos sido constituidos herederos de los bienes celestiales…(cf. Ef 1,3-12). Pero no basta saber, hay que vivirlo.

En estos días de fiesta muchísimos hermanos y hermanas se declaran como la descendencia de María, cuyo primer fruto bendito es Jesús. Muchas naciones la tienen como protectora. Están aquí las Hermanas de Corea del Sur, la Inmaculada es también la Patrona principal de ese pueblo creyente; felicidades hermanas.

Desde Aparecida, Brasil, la Inmaculada Concepción nos invita a identificarnos a todos como discípulos y misioneros de su Hijo Jesucristo: No tenemos otros deseo sino este, que Jesús sea conocido, amado y alabado, no obstante las dificultades que surgen en el camino.

En Concepción desde el medio día de ayer, sentimos el ambiente muy festivo. En la noche de la solemne celebración de Vísperas, nos hemos lanzado a la segunda etapa de la Misión Permanente que lleva por lema: Queremos APRENDER de Jesús el Maestro, como lo hizo la Virgen Inmaculada en Nazaret: hágase en mi según Tú palabra (cf. Lc 1,26-38)

El lanzamiento de la segunda etapa de la Misión Permanente coincide con la bendición de la nueva Cruz Misional en la plaza principal. La fiesta terminará, pero la Cruz se quedará. Mirando a ella queremos recordar y aprender de Jesús dos actitudes y direcciones fundamentales: primero, cuando se dirige hacia el Padre nos recuerda el brazo vertical de la Cruz, y desde el Padre se dirigía a hacia el pueblo, especialmente hacia los que más sufren; segundo, el brazo horizontal al proclamar “el Espíritu del Señor esta sobre mí, porque me ha enviado a anunciar las buenas nuevas a los pobres”, todo el pueblo experimenta su presencia; experiencia que debe caracterizar siempre a los nuevos discípulos misioneros de Cristo.

Es justo que luchemos para que estas dos actitudes de todo cristiano se cultiven a través de la formación religiosa en nuestros colegios, en el marco de la nueva Constitución Política del Estado, debemos hacer todo para garantizar esta formación de la mayoría del pueblo creyente, católico, no olvidemos que esta formación religiosa debe iniciarse en la familia cristiana.

Los padres son los primeros educadores en la fe. Cuando los padres de familia descuiden este deber, de poco nos servirán los mejores profesores de religión – con todo el respeto que merecen – porque la autoridad máxima es el papá y la mamá para todo hijo e hija.

Queridos padres, a ejemplo de la Familia de Nazaret, denles a sus hijos la firme señal de la fe que se traduce en la oración familiar, en la buena convivencia familiar, en la práctica de los sacramentos y en la caridad frente a los que sufren.


Qué en estos tiempos de vacaciones escolares, se llene el templo de los niños y jóvenes. Pero si los padres están ausentes, tampoco estarán aquí sus hijos e hijas. Y, me pregunto: ¿Qué historia en el futuro tendrá este pueblo, si los niños y los jóvenes se olvidan de estas dos direcciones? Pero gracias a Dios, hay todavía familias que cultivan su fe y la viven.

Les invito después de la procesión iremos a bendecir la Radio Parroquial Inmaculada Concepción y también el café Internet parroquial. De antemano queremos agradecer la radio Santa Cruz, que nos da el espacio para hacer nuestros programas; también a todos los bienhechores de cerca y de lejos que contribuyeron para esta obra de la nueva evangelización.


Queridos jóvenes, hermanas y hermanos, compartamos en estas hondas radiales nuestras experiencias de fe con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y, también nuestros testimonios personales y comunitarios entre nosotros. Que sea esta la respuesta a la llamada de la Iglesia, para la nueva evangelización: Nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones.

Esto será posible si renovamos nuestra permanencia como discípulos y misioneros de Cristo, a ejemplo de la primera discípula y misionera la Inmaculada Virgen María, patrona de nuestro Pueblo.

Memoria recogida por: Hna. Nohemi Montaño

NOTA: Agradecemos la visita y presencia de los sacerdotes de Las Piedras, San Javier, el Fortín, San Julián, La Asunta y Núcleo 23, así mismo, a todas las autoridades civiles y políticas en particular a los peregrinos, bienhechores visitantes y líderes religiosos de las comunidades de nuestra Parroquia que compartieron con nosotros la alegría de la comunión entorno al Altar.