EL HUMO Y LA PRIMAVERA

La nube biológica y espiritual

En el tiempo de escribir este epílogo permanece en el aire una densa nube de humo, provocada por las quemas de las pampas y de los montes. De esta manera desaparece el equilibrio en el ecosistema y se abre una herida en la hermana naturaleza.

Ya hay indicios de la muerte del ganado por falta de agua. Todos estamos ansiosos de las primeras lluvias que aplacarán los quemazones y retoñaran los pastos y las hierbas tan necesarias para la vida del mundo animado y de las personas.


En las últimas semanas apareció también otra “nube” que, yo llamaría la nube de incertidumbre, de confusión de atropello y desorden. Tengo en la mente los conflictos de tierras a nivel nacional y local en las tres zonas del Vicariato (El Fortín, Concepción, y Guarayos). Agradezco a Dios por haber llegado a una conciliación en el predio del Vicariato llamado “Padua” en la parroquia de El Fortín. Está a punto de suscribirse un convenio entre el Vicariato y las familias más necesitadas de las comunidades aledañas. Como consecuencia de este convenio se crean dos Asociaciones con su personería jurídica respectivamente.

Por otro lado preocupan las noticias que llegan de la zona de Guarayos, donde cada día desaparecen de los bosques más que 1500 troncas de madera. Urge la necesidad de esclarecer ante las autoridades competentes el actual manejo forestal que a lo largo afectará la vida de los habitantes más pobres de la zona.

Nos preguntamos: ¿De dónde viene este atropello a la naturaleza que nos alimenta y sostiene? Habrá muchas causas externas, pero pienso que una de ellas es el afán de poseer. Ya lo decía San Pablo en la primera carta a Timoteo: “Raíz de todos los males es el afán del dinero; y algunos, por dejarse llevar de él, se han desviado de la fe y han quedado sumergidos en el mar de tormentos” (1 Tim 6,10). La Asamblea General de Aparecida respecto a este desequilibro nos dice: “Nuestra hermana la madre tierra es nuestra casa común y el lugar de alianza con los seres humanos y con toda la creación. Desatender las mutuas relaciones y el equilibrio que Dios mismo estableció entre las realidades creadas, es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad y, en definitiva, contra la vida. El discípulo misionero, a quien Dios le encargó la creación, debe contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando siempre el orden que le dio el Creador” (A 125). Nuestra responsabilidad entonces es: Cuidarla, transformarla en fuente de vida para todos, y no romper el equilibrio que Dios puso en ella.

Signos de esperanza

Creo que en medio de la sequía espiritual, de humo de confusión y atropello a la vida en general podemos y debemos percibir las primeras “lluvias de esperanza”, que anuncian la primavera, una nueva vida. ¿Dónde?
Comienza el tiempo de las Confirmaciones. En Yotaú, donde hace un año lanzamos la Misión Permanente, confirmé el día 18 de septiembre sesenta y cinco jóvenes. Ellos fueron enriquecidos con la lluvia de los dones del Espíritu Santo. Luego siguió la lluvia de los dones por la confirmación en El Puente, Urubichá, Cururú, Ascensión. En las próximas semanas pasará por todo el Vicariato. De alguna manera se cumple hoy lo que el salmo 64 pregona: “La acequia de Dios va llena de agua, prepara los trigales: riega los surcos…”. Estos trigales y los surcos son los jóvenes que reciben los dones del Espíritu Santo. En esta ocasión les invito a una confirmación excepcional el día 23 de Octubre en Cuatro Cañadas. Esta lluvia de los dones del Espíritu Santo será acompañada por la lluvia de agua bendita a una nueva, hermosa iglesia parroquial, construida en los últimos tres años.

Queridos Jóvenes. El “Amén” que pronuncian al recibir los dones del Espíritu Santo, expresa la fe, su compromiso de compartirlos con los demás. Confío en Ustedes que lo harán con entusiasmo en medio de sus familias necesitadas tanto de la presencia del Espíritu de Amor, de Paz, de responsabilidad. Espero que compartan estos dones en sus grupos juveniles, buscando sobre todo a los jóvenes que no sienten el amor que Jesús les tiene. La carencia del amor auténtico en sus familias les hace vulnerables a la violencia y a cualquier clase de la droga (toxico pendientes). Si Uds. Se acercarán a ellos con el amor de Cristo Jesús, estoy seguro que alguien de ellos encontrará el sentido de su vida.

Otro signo de la primavera espiritual debe ser el compartir la experiencia misionera vivida a nivel personal y comunitario, con motivo del primer aniversario del lanzamiento de la Misión Permanente. Este evento se llevará a cabo el día 9 de Octubre de 2010 en San Ramón (cf. Programa adjunto). Con este encuentro iniciaremos la segunda etapa de la Misión, llamada etapa de LA FORMACIÓN PERMANENTE. ¿Qué pretende? Estar junto a los pies de Jesús, como María, para aprender de Él. Aprender de Jesús para dar las nuevas respuestas, partiendo de la Palabra del Señor, de la sabiduría de la Tradición, de la Doctrina Social de la Iglesia, y de los logros de la ciencia que pretende ser servidora del bien común protegiendo la vida de la persona. Estas respuestas apuntan a las realidades espirituales, sociales, ecológicas, políticas, económicas y culturales de nuestros tiempos.

Si no hacemos caso omiso a esta invitación para la formación permanente, estoy seguro que vendrán nuevos días para nuestra hermana naturaleza y para la familia humana, repletos de esperanza y vida auténtica. Les espero en San Ramón.

Fraternalmente, +Antonio Bonifacio Reimann, OFM