ENCUENTRO NAVIDEÑO

La Navidad (Nacimiento) es época de reflexión, de darnos cuenta de nuestros aciertos y desaciertos, sueños logrados, fe y esperanza. Los villancicos y música navideña, que tocan las fibras más sensibles de nuestra alma, haciéndonos vibrar de emoción, pero también es sombra, es vida cotidiana con todo lo que ella implica.

Con este sentido el 27 de diciembre del 2011 los jóvenes seminaristas, diáconos, presbíteros, junto a nuestro Obispo el Mons. Antonio Reimann OFM, nos reunimos con el fin de evaluar y compartir las experiencias navideñas, iluminados con el objetivo de fortalecer la comunidad diocesana en el Vicariato.


Iniciamos a las 9: 00 am con un rico desayuno, posteriormente y formando un círculo, uno a uno, comunicamos nuestra experiencia navideña, y evaluamos nuestro caminar del 2011. Rescatando lo positivo, para proyectar nuestras esperanzas hacia nuestras nuevas tareas (destino pastoral).

Lo que sucedió hace 2.000 años atrás, el misterio de Belén, reconocido como un suceso ordinario- extraordinario, es susceptible de ser admirado o ignorado. Dependerá de nuestra experiencia personal con el Resucitado. Con estas palabras dirigidas por el Monseñor, dimos paso a celebrar el Belén eucarístico.

Este momento fue una invitación a dejarnos invadir por la vida, por el nacimiento que no es ilusión, si no que es verdad auténtica, y es buena noticia.

Agradecemos la visita de los PP. George y Ezequiel Pérez (formadores del Seminario), ya que su presencia significó un signo de hermandad. También damos gracias a Dios por los recién ordenados diáconos Samuel Jaén y Adalid Ordóñez. Nos sentimos agradecidos, por la próxima ordenación sacerdotal del Diác. Roberto Ayala que será el 4 de febrero de 2012.

No podemos dejar de lado la importante presencia de nuestros padres en esta reunión, la cual representa un apoyo incondicional e importante para nuestro sí a Dios.

La reunión terminó con un almuerzo. Este momento sirvió para seguir con el ambiente de fiesta, ya que entre risas y pláticas nos exponemos al otro, que es apoyo, que es hermano.

Por último, nos dirigimos a ti joven inquieto y entusiasta de la vida. Mantente atento a los signos, recuerda que las llamadas de Dios son algo único e irrepetible; lleva como signo la gratuidad y la libertad. En la medida en que te das al servicio de tus hermanos, desde lo que haces y eres.

Henry Masías