ENCUENTRO DE LA VIDA

El sábado 12 de febrero, celebramos en San Ramón el día de la vida consagrada. Cada año, en la fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia nos invita a renovar la Gracia de la vocación al seguimiento de Cristo mediante el compromiso de vivir, con Él y como Él, la virginidad, pobreza y obediencia.

Este fue el motivo que nos convocó. Iniciamos la jornada con la celebración de la Eucaristía. Después de la lectura del Evangelio, nuestro obispo, leyó las palabras que el Santo Padre nos dirigió a todos los consagrados el 2 de febrero. Eran una invitación a descubrir, en la presentación de Jesús en el templo, tres iconos: la Luz, la profecía y la sabiduría de una vida dedicada totalmente a la búsqueda del rostro de Dios.

Terminada la Misa, nos reunimos en el salón para compartir algunas reflexiones y retos de nuestra vida y misión. Se comenzó con la presentación de la Exhortación apostólica, fruto del Sínodo de los obispos, sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. En un breve recorrido descubrimos la doble vertiente: Dios que nos habla y nuestra respuesta, en la Iglesia y para el mundo.

Seguidamente, la Hermana Isabel Otero, nos informó del caminar de la CBR a través de los distintos encuentros a nivel nacional en los que había participado. Los temas que durante este año nos ayudarán en la formación permanente son: la Palabra, las relaciones entre congregaciones y la interculturalidad. Evaluamos, también, nuestro caminar como vida consagrada en el Vicariato. Y se valoraron como muy positivos los encuentros que, cada dos meses, se han tenido en la zona de Tierras bajas. Acordamos tener en San Ramón, el 7 de mayo, un encuentro con alguno de los representantes del equipo Nacional.

Después, Monseñor, nos presentó el objetivo y los temas a tratar en la Asamblea del Vicariato, que se celebrará en los días del 17 al 19 de marzo. Nos invitó a participar en este espacio, en el que estrechamos lo lazos de familia y entre todos evaluamos y proyectamos nuestro caminar como iglesia local.

Compartimos y nos planteamos la situación económica en la pastoral y en la vida comunitaria, ante la disminución de los recursos que llegan del exterior. Lo sentimos como un reto a la creatividad en la búsqueda de un nuevo estilo de vida más en conjunto con la comunidad parroquial y de comunicación de bienes dentro de la propia familia religiosa y entre las distintas congregaciones.

Con el compromiso de unirnos en la oración, acogimos fraternalmente algunos de los acontecimientos de la vida del Vicariato. Y terminamos con un lindo almuerzo.
Hna, Blanca Saenz CST