Saludo de Bolivia en la “Noche de las Catedrales”

MENSAJE ENVIADO POR MONSEÑOR ANTONIO AL OBISPO DE TREVERIS CON OCACIÓN DE LOS 50 AÑOS DE HERMANDAD ENTRE LA DIÓCESIS DE TREVERIS ALEMANIA Y LA IGLESIA DE BOLIVIA

Apreciado hermano Stephan, Obispo de la Diócesis de Tréveris,
Estimados hermanos y hermanas de nuestra Iglesia hermana,
Distinguidos visitantes de las catedrales de Luxemburgo, Lieja, Metz, Nancy, Reims y Estrasburgo,

Reciban un cordial saludo desde Concepción. Para nosotros, en Bolivia, es una alegría muy especial, poder participar en esta “Noche de las Catedrales”; ocasión que nos permite ampliar nuestro horizonte y sabernos unidos como hermanos en un solo mundo. Ustedes oran y festejan en diferentes Iglesias Catedrales del corazón de Europa y nosotros en Bolivia; en este fin de semana nos sentimos especialmente cerca de ustedes.

Los misioneros Jesuitas de Europa fundaron Concepción en el siglo 18. Erigieron, bajo la confianza y presencia de Dios, el Templo en este lugar y lo terminaron en el año 1752. El proyecto de evangelización de la población indígena por los Jesuitas es un ejemplo, que hace parte de la historia de la lograda convivencia entre los aborígenes y los misioneros. La música barroca de la Chiquitanía, la misma que es actualmente tan difundida, es otro ejemplo del tiempo de los Jesuitas del siglo 18.

Nuestra Catedral, que en el año 1990, fue reconocida como Monumento Cultural de la Humanidad, es visitada por numerosos turistas provenientes del interior del país así como del extranjero. Más allá del efecto maravilloso arquitectónico, es un lugar de la presencia de Dios. Encima de la entrada principal de la Catedral de Concepción hay una escritura que salta a la vista: “Casa de Dios y puerta del Cielo”. Estas palabras del primer libro de la Biblia, de Génesis, son por demás elocuentes. Las palabras de ingreso a la catedral se remontan a las narraciones de Jacob, el que ve en su sueño una escalera al cielo. El busca unir cielo y tierra, Dios y hombres.

Este es nuestro principal deseo en esta noche. Dar un lugar a Dios ya que lo sagrado necesita espacio en este mundo. A todos nosotros que estamos muchas veces, sin casa, sin techo o en la huida, se nos ha regalado un lugar de refugio. Aquí en la Catedral tenemos un techo y una casa de acogida para el alma. Este es lugar en el que se escucha la palabra viva de Dios. Este es el lugar donde Dios reúne a los hombres de diferentes pueblos, naciones y lenguas como a su propio pueblo y los envía al mundo. En la catedral mana la fuente de la hermandad de todos los pueblos y naciones. Es la fuente bautismal de los hijos de Dios, Padre de todos los pueblos, a través de la cual nos convertimos todos en hermanos en Cristo por el amor del Espíritu Santo derramado en nosotros.

Dios nos llama a este lugar, a su templo, para darnos fortaleza y ánimo en nuestra vida cotidiana. Las Catedrales y la vida diaria se complementan. Las realidades difíciles en este mundo así como la promesa del Reino de Dios de justicia y de paz no pueden ser separadas. Los padres fundadores de nuestra Catedral sabían de esto, la edificación de nuestra Catedral agradece este impulso misionero.

Nuestra Catedral está dedicada también a la Inmaculada Concepción de María. En ella se cumplen de maravilla las palabras del Génesis porque Ella es la verdadera "Casa de Dios y puerta del cielo". Pidamos por su intercesión en esta noche.

+ Antonio B. Reimann ofm
Obispo del Vicariato de Ñuflo de Chávez