En día 7 de agosto se reunieron en la Ciudad de La Paz los delegados de casi todas las jurisdicciones de nuestra tan querida Bolivia para los últimos detalles del viaje tan esperado al CAM. El día 08 por la mañana tuvimos la solemne Misa de envío presidida por P. Eugenio, director nacional de las OMP. En la cual hablábamos que Dios tenía una mirada muy especial a cada uno de nosotros y nos eligió para que seamos sus representantes de su misión en Quito y que debíamos ser testigos de su resurrección para todos. Conmovidos con sus palabras proféticas, a las 3 de la tarde toda la delegación estaba presente en la Terminal de bus y así empezaba el tan largo y hermoso viaje, en la que tuvimos muchos momentos celebrativos, con la Santa Eucaristía, oraciones, etc. Fueron momentos inolvidables, de escucha, de unión y convivencia, todo eso favoreció para que nuestra delegación tuviese un aporte tan valioso en este acontecimiento Latino Americano. Entre tantas experiencias muchas fueron especiales como la hospitalidad de las familias, el cariño, el amor con el que nos acogían. De verdad me sentí parte de la familia y de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, la cual acogió diez de nuestra delegación en distintas familias. La primera temática del Congreso fue la ponencia del Cardenal Oscar de Honduras, con el tema “Comunidad discípula de Jesús”, nos decía que el discípulo es aquel que esta llamado a vivir un encuentro profundo con Jesús, en la radicalidad. El discípulo está llamado a vivir un proceso de conversión, por tanto debe esforzarse y reconocer sus debilidades y limitaciones para poder ser capaz de donarse a los otros. Fuimos exhortados a mirar la figura de Pablo como modelo de discípulo e imitar sus virtudes, enseñanzas para que podarnos decir: “Ya no soy yo quien vive, sino el Cristo que vive en mí.” Nos aconsejó que debemos hacernos un chequeo, pues, todos padecemos de una insuficiencia cardiaca misionera y necesitamos un marcapaso implantado por el Espíritu Santo para que palpite nuestro corazón diciendo: hay de mi sino evangelizo, hay de ustedes se no son misioneros.
Para mi fueron palabras de cuestionamiento y de innovación motivadora llego a la conclusión que este es el camino que busco que deseo de todo corazón.
Pentecostés, comunidad llevada por el Espiritu: El eco que me llamó la atención la Iglesia debe ser menos maestra y mas sierva y testigo de la humanidad que no solamente procure la salvación del alma sino también la liberación integral de la condición humana, por ultimo nos dijo que el Espiritu Santo es el compañero inseparable que nos empuja hacia fuera, hacia todo, hacia el fondo, hacia al lado, hacia delante, abajo y arriba. Sentir su empujón hacia fuera es descubrirnos enviados, descubrirnos que no somos autoprogramados, que nuestra vida no transcurre a nuestro modo porque el Espiritu Santo siempre nos envía por caminos diferentes donde pueda facilitar el encuentro personal con Cristo. Monseñor Erwin, Obispo de Xingu – Brasil, en Pentecostés, los discípulos y las discípulas han sido enviadas y enviados en misión en la unidad del Espíritu Santo.
¿Cual es nuestra buena noticia por la cual vale la pena dejar padre y madre, casa y patria y que podemos ofrecer, tal vez no siempre como “la solución” más como una mirada nueva que da sentido a lo que encontramos creemos y vivimos? No tener la vergüenza de ser feliz… la Iglesia “casa de los Pobres” es una Iglesia pobre. Todos a quien tenga relación con Cristo tiene relación con los pobre, y todos que esta relacionados con los pobres clama por Jesucristo.
Con esas reflexiones no me queda más que agradecer por esta gran oportunidad de participar en este Congreso Misionero y por el llamado a la misión por la cual me siento enamorada y entusiasmada a vivir una vida de total entrega. Gracias a Monseñor Antonio Bonifacio por su testimonio profético que impactó toda delegación Boliviana por su presencia y participación en todos los momentos con nosotros. La Iglesia necesita de pastores como usted que se sienta a la mesa y comparte con los pobres.
Atentamente . Hna. Maria José.
(En el mensajero de Octubre, compartiremos el testimonio de la Hna. María Luisa)
Para mi fueron palabras de cuestionamiento y de innovación motivadora llego a la conclusión que este es el camino que busco que deseo de todo corazón.
Pentecostés, comunidad llevada por el Espiritu: El eco que me llamó la atención la Iglesia debe ser menos maestra y mas sierva y testigo de la humanidad que no solamente procure la salvación del alma sino también la liberación integral de la condición humana, por ultimo nos dijo que el Espiritu Santo es el compañero inseparable que nos empuja hacia fuera, hacia todo, hacia el fondo, hacia al lado, hacia delante, abajo y arriba. Sentir su empujón hacia fuera es descubrirnos enviados, descubrirnos que no somos autoprogramados, que nuestra vida no transcurre a nuestro modo porque el Espiritu Santo siempre nos envía por caminos diferentes donde pueda facilitar el encuentro personal con Cristo. Monseñor Erwin, Obispo de Xingu – Brasil, en Pentecostés, los discípulos y las discípulas han sido enviadas y enviados en misión en la unidad del Espíritu Santo.
¿Cual es nuestra buena noticia por la cual vale la pena dejar padre y madre, casa y patria y que podemos ofrecer, tal vez no siempre como “la solución” más como una mirada nueva que da sentido a lo que encontramos creemos y vivimos? No tener la vergüenza de ser feliz… la Iglesia “casa de los Pobres” es una Iglesia pobre. Todos a quien tenga relación con Cristo tiene relación con los pobre, y todos que esta relacionados con los pobres clama por Jesucristo.
Con esas reflexiones no me queda más que agradecer por esta gran oportunidad de participar en este Congreso Misionero y por el llamado a la misión por la cual me siento enamorada y entusiasmada a vivir una vida de total entrega. Gracias a Monseñor Antonio Bonifacio por su testimonio profético que impactó toda delegación Boliviana por su presencia y participación en todos los momentos con nosotros. La Iglesia necesita de pastores como usted que se sienta a la mesa y comparte con los pobres.
Atentamente . Hna. Maria José.
(En el mensajero de Octubre, compartiremos el testimonio de la Hna. María Luisa)