V CONGRESO MISIONERO NACIONAL

“BOLIVIA CON CRISTO, ESCUCHA, APRENDE, ANUNCIA”
“Discípulos Misioneros en Comunidad”

Del 16 al 20 de abril del 2008, nos hemos reunido en la ciudad de Cochabamba, los delegados misioneros de las diversas Iglesias locales de Bolivia, convocados para compartir experiencias y reflexionar nuestro caminar en el V Congreso Misionero Nacional con el lema “Bolivia con Cristo, escucha, aprende, anuncia” hemos iluminado nuestra realidad, animados por las palabras de nuestro Cardenal Julio Terrazas: “No podemos hablar de cambios, de transformaciones si no es a partir de Dios que es Amor, porque es el amor el único que puede cambiar la existencia humana. Ese es el amor que tenemos que anunciar”. Agradecidos por su testimonio fiel y constante a favor de las personas más débiles y necesitadas, como servidor de todos, renovamos con él nuestra vocación de vivir como seguidores y testigos del Señor en todos los espacios y lugares donde Él nos envía.

Ya después de la Santa Eucaristía, de algunas indicaciones prácticas para el buen desarrollo del congreso nos fueron dividiendo a los lugares designados por el equipo organizador con el respectivo transporte.

Día 1: “Somos discípulos misioneros”

Monseñor Ricardo Centellas, Obispo Auxiliar de Potosí y Presidente de la Comisión Episcopal de Catequesis y Biblia presentó la ponencia “Somos discípulos misioneros” para iluminar y motivar los trabajos de los congresistas en la primera jornada de encuentro. Su exposición la estructuró así: una mirada a la realidad que subraya, principalmente, cómo los pueblos de América Latina y del Caribe, y, por tanto, Bolivia, viven una situación de cambios que afectan profundamente la vida cristiana porque cantidad de bautizados no están suficientemente evangelizados.
Preguntas para los grupos de trabajo:

Grupo “A”: ¿Qué dice el Espíritu de Jesús a los discípulos misioneros en estos momentos de cambio que vive nuestro país?.

A partir de Ex 3, 7-9, el grupo consensúa su pensamiento así:
Discípulos y misioneros, escuchen mi voz, la voz de mi pueblo. Ha llegado hasta mí su clamor por tanta violencia, división, inconformidad, discriminación, mentira y abuso. Ante esta realidad el Espíritu Santo nos dice: ¿Qué hacen ustedes, que son mis discípulos misioneros? La única fuerza que vence todo es el amor, amor que perdona, une, libera y humaniza.
En estos momentos de cambio, el Espíritu Santo nos pide:

1. Ser varones y mujeres de fe, portadores de esperanza, viviendo en la caridad;
2. Vivir los valores evangélicos y humanos que promuevan verdadero testimonio misionero;
3. Escuchar el llamado del Señor encarnado en nuestra vida interior y en la realidad;
4. Formar una familia cristiana que defienda la vida, la justicia, la unidad, la paz, la reconciliación y la humildad;
5. Anunciar el Evangelio con iniciativa y coraje;
6. Asumir la responsabilidad de nuestros actos;
7. Tener perseverancia y fidelidad al mandato de Jesús: “Ámense los unos a los otros como yo los amo”.

Grupo “B”: ¿Cuáles son las características del discípulo misionero? Fundamentar las respuestas.
Es una persona que ha hecho y sigue haciendo a diario su encuentro personal con Jesucristo y su Mensaje;

1. Cultiva una oración ligada a la vida y a la Palabra de Dios;
2. Es consciente de la fuerza del Espíritu en su labor misionera y también en momentos difíciles;
3. Da testimonio al estilo de Jesús, incluso entregando la vida defendiendo los derechos de la mujer, de los niños y de los pobres;
4. Asume el compromiso bautismal, basado en el amor; trabaja por la solidaridad con humildad y con vocación de servicio;
5. Es valiente hasta el martirio, portador de paz, fiel al Mensaje de Jesús;
6. Tiene fe, confianza y esperanza por lograr tiempo nuevo de comunión con Dios en Comunidad con un corazón sin fronteras.

Grupo “C”:. “¿Qué significa estar con Cristo para el laico, para el religioso, para el sacerdote?
Para el laico:

1. Transformación personal que lleve al testimonio en la comunidad;
2. Aprender de Jesús a ser más sencillo, amable, generoso y servicial;
3. Estar con Cristo, despojándose de la vanidad, profundizando el compromiso de la misión, con los más necesitados;

Para el sacerdote:

1. Olvido de sí dejándose transformar por Jesús;
2. El encuentro con Cristo le lleva a cambiar de actitud dejándolo trabajar en él;
3. Le lleva a tomar un nuevo rumbo de vida, empapándose de la vida de Jesús para ser luz en el mundo;
4. Conocer a Jesucristo que vive en nosotros y anunciarlo;

Para los religiosos y las religiosas:

1. Escuchar, de muchas maneras, a Jesús que habla en la oración. Aprender en ella todo lo que comunica
2. Ser discípulos y misioneros dando testimonio de vida con palabras y obras;
3. Vivir los votos religiosos;
4.Encontrar la felicidad y tener a la Eucaristía y la misión como centro de la vida consagrada.

Día 2 : “La comunión, expresión de la comunidad misionera”

La Hna. Mariveld Béjar, CM, presentó el tema de reflexión del día: “La comunión, expresión de la comunidad misionera”. El desarrollo de su exposición fue muy rico y profundo. La Santísima Trinidad fue el hilo conductor teológico de su charla.

La comunidad escucha: Es la actitud del que escruta, oye, presta atención, ausculta y observa la realidad y el contexto de la vida y de la acción misionera en y desde su propia comunidad.

La comunidad aprende del Maestro a vivir y crear comunión: En el origen de toda vocación está el Espíritu infundiendo vida y conduciendo a la persona hacia la plenitud. Nos pone, también, en profunda sintonía con Dios y su misterio. Jesús convoca un grupo cercano de discípulos, comparte con ellos su vida y les hace partícipes de su camino y de su Buena Nueva.

La comunión se realiza en la unidad y en la diversidad: A partir de 1 Cor 12, 12-14, 26, podemos indicar ocho aspectos de una comunidad eclesial portadora de comunión y de unidad en la diversidad. Por esto, la comunidad misionera ha de mirar como modelo a la comunidad madre de Jerusalén (Hch 1, 12-14) ungida e impulsada a la misión permanente por el Espíritu (Hch 2-8).

Preguntas para los grupos:

A: ¿Cómo se vive en tu grupo, parroquia la dimensión comunitaria y misionera?

La vida comunitaria se refleja en una organización parroquial integrada por diferentes grupos, y en la misma pastoral de la parroquia, que realiza diversos servicios, entre ellos:

1. La catequesis de iniciación sacramental, familiar y misionera;
2. Lectura de la Escritura en comunidad;
3. Los ministros extraordinarios de la comunión apoyan diversas actividades pastorales de la parroquia;
4. Apoyo y coordinación en centros educativos, especialmente para jóvenes y adolescentes;
5. Esfuerzos por inculturar el Evangelio;

B :¿Qué actitudes y valores evangélicos deben manifestar nuestras comunidades hoy para ser misioneras?

1. Vivir el amor siendo luz encendida, viviendo y actuando como Jesús el espíritu de las Bienaventuranzas;
2. Dar testimonio de comunidad orante, demostrando la fe con hechos de misericordia y perdón;
3. Vive la dimensión misionera como enviado;
4. Solidaridad acogedora;
5. Comunidad unida en el Espíritu, abierta a la experiencia de Dios y al cambio.

C: ¿Qué desafíos y líneas pastorales necesitamos implementar para que nuestras comunidades sean misioneras?
Desafío:1: Compromiso misionero de obispos, sacerdotes, religiosos/as, y agentes de pastoral.

2: Conformar comunidades eclesiales misioneras donde todos se sientan Iglesia.
3. Contribuir con la labor misionera a la unidad del país superando toda clase de divisiones.

Líneas. 1. A través de la Eucaristía, celebraciones litúrgicas, fiestas y expresiones de piedad popular.

2. Renovar las catequesis para que sean misioneras, atractivas y encarnadas en la realidad
3. Orientar con líneas concretas de acción hacia una pastoral de reconciliación donde aprendamos a vivir como hermanos.
Día 3 : La Misión continental para una Iglesia Misionera

Mons. Sergio Gualberti, Obispo Auxiliar de la Arquidócesis de Santa Cruz y Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, nos compartió la disertación cuyo tema fue : “La Misión continental para una Iglesia misionera”.

1: Una Iglesia misionera en el continente: El Espíritu nos impulsa a la misión: Aparecida desea despertar un gran impulso misionero en la Iglesia en América Latina y el Caribe. Desglosa en cuatro consecuencias prácticas: aprovechar esta hora de gracia; implorar y vivir un nuevo Pentecostés; despertar la vocación y la acción misionera de los laicos; salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos (DA, 548).

“A”: ¿Por qué hace falta una misión permanente en Bolivia?

1. Porque no existe un compromiso serio y constante;
2. Porque existen cambios en nuestra sociedad: políticos, sociales, económicos y religiosos.
3. Falta interculturalización;
4. Hay vacío espiritual en las personas y no sienten a Jesús vivo en sus vidas;
5. Falta un compartir de testimonio de vida que ayude a otros misioneros a crecer y formarse;
6. Insuficientes vocaciones sacerdotales, no hay seguimiento y continuidad en la acción pastoral;

“B”: ¿Qué pasos hay que dar para impulsar la misión permanente en el contexto actual?

1. Conciencia ante la realidad de que sin Dios no puede haber misión;
2. Orar y sentirme parte de la realidad circundante, y dejándose conducir por el Espíritu Santo;
3. Autoformación continua y actualización permanente, que contempla principalmente las siguientes exigencias: animación continua, acompañamiento, vivir momentos fuertes de espiritualidad, disponer de materiales adecuados, formar más líderes, formación ad gentes en las Iglesias locales;
4. Que la fe y la vida no estén separadas y sigan un solo camino en la vivencia misionera;
5. Renovar nuestra espiritualidad apoyada en la Biblia, la catequesis y la liturgia;
6. Responsabilidad ante la realidad de que sin experiencia de Dios no puede haber misión;

“C”: ¿De qué medios tiene que alimentarse la misión en Bolivia?

1. Escuchar lo que Dios nos está diciendo en la realidad.
2. Lectura orante de la Biblia, de forma animada, profunda, comprensible y con ojos misioneros.
3. La vida comunitaria.
4. Vivir los sacramentos como signos reales del amor de Dios, teniendo la eucaristía como centro de la vida comunitaria y haciendo que ésta sea participativa, dinámica, cálida, acogedora y viva; y redescubriendo el valor e importancia del sacramento de la Reconciliación .
5. Catequesis sacramental y permanente, bien organizadas y preparadas con materiales adecuados a cada edad y tomando en cuenta las características culturales del lugar.
6. Confiar en Dios, la acción del Espíritu Santo es la que dinamiza a la Iglesia.
7. Tener modelos de vivencia misionera para que la comunidad se comprometa con la misión.