42ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

comentario/reflexión
“Los medios en la encrucijada entre protagonismo y servicio. Buscar la verdad para compartirla”

El fenómeno de la globalización tiene su centro en los medios de comunicación que, por su propia naturaleza, no sólo han creado la aldea global sino que inciden en sus opciones y decisiones. De aquí surge el riesgo que tienen de volverse auto-referentes, protagonistas que todo lo transforman en espectáculo y llegan a ser contradictorios consigo mismos.

El tema de la 42a jornada Mundial, al llamar nuestra atención sobre las dimensiones sociales y eclesiales del fenómeno, realiza un llamado a la conciencia de cada uno de nosotros. Este proceso de toma de conciencia se orienta por la búsqueda de la Verdad que todos debemos hacer, y hacia la que todos debemos converger. Los medios de comunicación en su proceso operativo desde el productor al consumidor, comportan diversas responsabilidades individuales y comunitarias.

El producto mediático, en realidad, es el resultado final de muchos elementos. Su misma ambivalencia positiva y negativa no es un hecho automático o predeterminado, sino que resulta de la toma de decisiones.

Por ejemplo, la violencia y la vulgaridad ciertamente existen en la sociedad, pero el relanzarlas en y a través de los medios, hace que los productores y operadores se hagan sus cómplices y aliados. Por ello se realiza un llamado a la conciencia y a la verdad como punto de partida y de llegada que se debe alcanzar. Desde el punto de vista pastoral, la conciencia debe ser formada, iluminada y, si es el caso, corregida. Por su parte, para el cristiano la búsqueda de la verdad consiste en el encuentro con Cristo, plenitud de verdad además de camino y vida.

Por lo tanto, es necesario superar la pasividad de quien se coloca ante un producto mediático sin plantearse las verdades y la Verdad. Este producto, ciertamente, no puede ser aceptado de manera acrítica y neutral; es fundamental analizar los modelos y los valores que ofrece. Sin duda, como base de la realización de un espectáculo televisivo, de una película, de un periódico, hay todo un engranaje de hombres y mujeres que toman decisiones a diversos niveles técnicos e ideológicos. Es por esto que el Mensaje recuerda la sed de verdad que está inscrita en el corazón de toda persona, y que es el elemento capaz de marcar la diferencia, manteniendo la conciencia crítica del usuario de los medios.

Concientizar significa también desmontar el "juguete" mediático, porque en última instancia las imágenes, los sonidos, los mensajes que se nos presentan, llevan el sello de la responsabilidad de los operadores que trabajan en este ámbito. Más aún ahora cuando todos podemos ser usuarios y operadores a través de los nuevos medios. Es tarea nuestra pedir y lograr productos mediáticos distintos. ¿Cómo? Seleccionándolos si somos usuarios, o aportando elementos positivos y verdaderos si somos creadores, constructores o sencillos operarios de los medios.

El Mensaje del Santo Padre se presta para un auténtico itinerario pastoral que, partiendo del conocimiento de los productos concretos y su utilización, alcance el pleno descubrimiento de Cristo, verdadero camino, verdad y vida.

Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales